¿Alguna vez te has imaginado viajar con movilidad reducida? Este post busca hacer un llamado a la importancia de contar con albergues y hoteles realmente adaptados para grupos de personas que solo desean disfrutar de una experiencia de viaje con su grupo.
Nos enfrentamos a desafíos cada vez mayores para encontrar alojamientos con adaptaciones reales que cubran las necesidades de nuestro grupo.
Entre las principales dificultades que encontramos están:
- Espacios insuficientes: Habitaciones demasiado estrechas que dificultan la maniobra con sillas de ruedas.
- Baños inadecuados: Un único baño «adaptado» para todo el grupo (16 personas con movilidad reducida), que resulta impráctico: o te duchas o utilizas el baño, pero no ambas cosas al mismo tiempo.
- Accesos deficientes: Rampas interminables o incluso pequeños escalones que impiden el acceso.
- Costos elevados: Aunque no siempre es el caso, es frecuente que la accesibilidad implique un aumento significativo en el precio.
Para quienes viajamos sin silla de ruedas, las opciones de alojamiento son muchas. Sin embargo, cuando se trata de un grupo de personas con discapacidad, la situación cambia drásticamente.
En muchas ocasiones, al contactar un albergue para preguntar por disponibilidad y accesibilidad, la conversación termina con un «Ah, no, lo siento» tras explicar las necesidades del grupo.
No es que no queramos viajar, es que NO nos lo ponen fácil.
